Partida arancelaria
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Cómo clasificar la partida arancelaria y origen de la mercancía
La correcta clasificación arancelaria y determinación del origen de la mercancía son aspectos críticos en el ámbito de las exportaciones e importaciones. Esta clasificación es esencial no solo para calcular los impuestos y tasas que el cliente deberá abonar, sino también para cumplir con los requisitos de importación o exportación. La partida arancelaria es un código Taric asignado a una mercancía que consta de diez dígitos, que incluyen capítulos, partidas y subpartidas. Los dos primeros dígitos representan el capítulo, los siguientes cuatro la partida y los seis siguientes la subpartida. Cada país puede establecer la numeración a partir del séptimo dígito según sus necesidades comerciales. Por lo tanto, es crucial conocer con precisión la posición del producto antes de exportarlo a cada mercado.El código Taric se creó para aplicar medidas comerciales distintas al Arancel Aduanero Común, como contingentes, franquicias arancelarias, suspensiones, derechos antidumping y antisubvención, entre otros. Es fundamental clasificar correctamente esta partida, ya que una clasificación errónea puede resultar en sanciones, liquidaciones complementarias de impuestos o incluso la prohibición de importación, lo que podría llevar a la devolución o destrucción de la mercancía, generando costos adicionales.
La clasificación arancelaria
La clasificación arancelaria se basa en el tipo de producto que se desea exportar y su origen. Por el tipo de producto, la clasificación se realiza siguiendo una serie de criterios:
- Productos naturales: se clasifican según el reino de la naturaleza (animal, vegetal o mineral) y el grado de elaboración (congelación, secado, etc.).
- Otros productos: se dividen en dos grupos: aquellos con relevancia comercial, que se clasifican según su composición y grado de elaboración, y aquellos sin relevancia comercial, que se clasifican según su función, uso o destino.
- Forma de presentación: se considera también la forma de presentación de la mercancía, como si está desmontada, envasada al vacío, con accesorios, a granel, etc.
Esta clasificación puede parecer sencilla, pero en realidad requiere de conocimientos avanzados, por lo que se recomienda que la realice un transitario o un agente aduanero.
Determinar correctamente el origen de la mercancía es fundamental para aplicar aranceles reducidos, como en el caso del Sistema de Preferencias Generalizadas (SPG). El origen de una mercancía puede establecerse de varias maneras, y la legislación aduanera impone ciertas reglas para determinarlo:
- Productos enteramente obtenidos: estos productos han sido elaborados completamente en un solo país. Algunos ejemplos son minerales extraídos en un país específico, productos de la caza o la pesca realizadas en un determinado lugar, y animales vivos nacidos y criados en un país en particular.
- Transformación sustancial: cuando la mercancía ha experimentado una transformación significativa, el país de origen puede determinarse por el lugar donde se llevó a cabo esta última transformación importante o donde la mercancía fue suficientemente elaborada o transformada. Para determinar si ha habido una transformación sustancial, se consideran factores como la fase del proceso productivo, si las materias han sido obtenidas completamente en un país, si se ha añadido un valor significativo en un país específico, o si ha habido un cambio de partida arancelaria.
- Transformación insuficiente: existen casos en los que las operaciones realizadas no suponen una transformación significativa, como agrupar o separar bultos, embalar la mercancía o realizar ensamblajes.
Determinar el origen de la mercancía puede ser complejo y requiere conocimientos avanzados. Se recomienda que esta tarea la realice un agente aduanero o un transitario con experiencia para evitar errores, sanciones y problemas en el despacho de exportación. Una gestión aduanera eficiente es esencial para garantizar que las operaciones de comercio exterior se realicen dentro de los plazos establecidos y sin contratiempos. Trabajar con expertos en la materia proporciona seguridad y puede resultar en un ahorro significativo de tiempo y dinero.
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